























¡Que no falte el riesgo para llegar al paraíso!
Tras el entusiasmo de madrugar para salir de Ciudad de Panamá rumbo a San Blas se presentó un imprevisto: la fuga de gas de la camioneta de la guardia, casi llegando al puerto de Niga Kantule, detuvo el tránsito. Nosotros que estábamos de quintos en la cola esperamos, algunos más impacientes que otros. La primera actividad fue buscar donde hacer pis para ocupar el tiempo y aligerar la vejiga. Los matorrales no eran suficientemente frondosos como para esconderse tras ellos a modo de biombo, así que la desvergüenza de agacharse tras el cuerpo de alguna cómplice valió para hacer aguas menores. La siguiente excursión fue caminar por la carretera para averiguar por qué habían detenido la circulación de vehículos. La respuesta fue corta: «Hay una fuga de gas y es un riesgo pasar porque una chispa puede ocasionar una explosión». Los turistas, entre los que había muchos alemanes, esperaban sentados en el asfalto, mientras los locales buscaban cómo apurar la condensación de gas en el aire. Ante el olor y el desconcierto había quienes pensaban en el peligro de la explosión, la fatiga de la espera o el ansia de sumergirse en el Caribe, que aguardaba a pocos kilómetros de distancia. Caribe, todo a pulmón.