Aymara Arreaza R.

  • Inicio
  • Escritura
  • Proyectos
  • Fotografías
  • CV
  • Contacto


Works


     

Llegó la hora de Rita Indiana


Publicado en
Papel Literario de El Nacional
Data
Oct 22nd, 2011



Rita Indiana es un nombre, no un apodo ni un reclamo artístico. Es el nombre de una mujer de 36 años y de origen dominicano que se apellida Hernández. Ante todas sus incursiones en las artes (performance, literatura y música) apuesta por la escritura. Se presentó en Barcelona (España) como lo único que se ha propuesto ser desde los 14 años: escritora. Una artista polifacética que no necesita de etiquetas para expresarse en el espacio público de la tarima y en el acto solitario de la escritura. En ambos escenarios se mueve con soltura y originalidad. Tiene publicadas dos novelas (La estrategia de Chochueca y Papi —editada por primera vez en España por la editorial Periférica—), dos libros de cuentos (Rumiantes y Ciencia succión) y más de ocho canciones en El juidero, su último trabajo discográfico. Una narradora que transita con naturalidad por los medios visuales, musicales y textuales. En definitiva, una artista con son caribeño y, a lo Andy Warhol, atenta a lo que sucede en el podio

Un juego de memoria
Papi es la historia de un vínculo que se rompe, es el relato de una hija que cuenta lo que la ausencia del padre le provoca. Es una condensada y trepidante aventura que conjuga con referentes caribeños y globales. La novela parece un juego de memoria (memory play) en el que las piezas se transforman y tienen una doble cara. Empiezan siendo voces que buscan sus ecos en otras historias.
La voz principal es la de una niña que deambula por todos los espacios de la casa, del barrio, mientras fanfarronea y recuerda todo lo que tiene esa figura paterna que no está a su lado. Papi es evocado por su primera mujer, por sus hermanas, por su madre, por sus amantes, pero es su hija quien recoge todos los runrunes que otros dicen de él. La figura de papi se moldea a partir de lo que a la niña se le cruza en sus pensamientos para dar una visión de conjunto de un hombre compuesto de múltiples capas.
Papi es un muñequito de peluche en el que se proyectan todas las carencias y fantasías de la niña; un vudú, tal como lo nombra la autora, al que ella pincha con todas las cosas que la inquietan, la fascinan y la joden. Un judas de esos que se queman cuando termina el carnaval y en el que se ve representado al papi de Papi y a tantos otros papis, varones y machos del Caribe más próximo. Simpático, carismático, dicharachero, seductor, misteriosamente billetúo, poderoso. ¿Suena a personaje histórico? Suena a presente.
La voz precede a la imagen. Fulanito dice que, yo pienso que, ella recuerda que, la televisión anuncia que, los vecinos ronronean que, y así, hasta que todas esas voces se expanden sin encontrar un correspondiente igual. Será porque no hay correspondientes iguales. Rita Indiana tiene asumidísimo que en toda repetición se engendra una diferencia. Papi reúne la imaginería del varón ostentoso, mujeriego, mafioso e inserta un desplazamiento a partir de esa retahíla de representaciones conocidas en la cotidianidad del Caribe. Lo que para algunos es producto de la exaltación de las características del hombre tildado por Rita como “el hipermacho caribeño”, para la niña que narra es la hipérbole de la heroicidad. Papi es un superhéroe que como tal vence obstáculos y causa sorpresas. Es un hombre deseado, añorado, esperado por todos y especialmente por su hija. Lo recrea desde su imagen con cabello afro abundante y negro, como al que se fue y triunfa fuera, como al que espera para que la lleve a la piscina, como al que se va a las discotecas con sus sobrinos mientras la deja sola. Como al hombre que soluciona casi todo con un fajo de billetes que hace “ratatatatatatata”.
La niña, de la que no sabemos su nombre, es un personaje que, cual fantasma, deambula y relata con detalle las apariciones, sueños y fantasías en las que comparte con su padre. Ella busca lo que no tiene, lo relata y concede al lector el eco de su narración. Una hija que ve en la figura paterna, su forma de vestir (“con más cadenas de oro y carros que el diablo”), sus amigos, sus ostentaciones y sus palabras no cumplidas, al héroe que a ella y a todos (también a nosotros los lectores) causa fascinación.Ese hombre, Papi, puede ser un caudillo, una deidad, pero también un emigrante que aparece de cuando en cuando y de a raticos para visitar a su familia; es el man orgulloso de su hombría, es el que Rita Indiana critica y define con ironía y agudeza como acreditado para hacer lo que se le cante. Como mencionó la propia autora en la presentación del libro: “Ser varón en el Caribe es una maravilla, es una licencia para matar”. Ese hombre-papi puede ser Jason, el de Viernes trece, y también Freddy Krueger.
Las barajitas de la memoria que conforman el juego de esta novela, además de ser voces, se transforman en imágenes. Dejan la voz que repite todo lo que se dice de papi y encuentran sus correspondientes parejas en las figuras de Jason, Rocky Balboa y Toni Montana de Scarface. Dichos personajes circulan en la cultura visual potenciada por la programación televisiva como hits del cine gringo de mafia (acción) y son reutilizados magistralmente en esta novela para acercarse al papi de turno. Se redimensionan (como en el readymade) los iconos para renombrar parte de la historia caribeña desde referentes culturales urbanos, cinematográficos y populares. Rita Indiana explora con inteligencia los registros visuales para darle peso al mundo literario que construye. Lo que es cotidiano lo vuelve extraordinario. Compone una pieza de retazos inspirados en películas y en algunas formas de narrar de Cien años de soledad, para ampliar los bordes de la literatura del Caribe de hoy.


Radiografía de la escritura de Rita Indiana

*Papi (des)escribe la memoria de una familia rota, pero también la memoria deseada. Papi es una operación de registro de la voz de la niña que tiene la virtud de enunciar las taxonomías de los problemas de los migrantes globales y del Caribe: infancia vivida desde la ruptura familiar, referentes populares que componen un imaginario, el capital como falso proveedor de cariño, la crianza a distancia a la que se somete un niño y lo que eso supone.
 
*Papi es una manera de entender una historia personal que va desde el archivo familiar (que parte de rasgos autobiográficos) hasta el archivo visual y sonoro que se alimenta de los seriales de televisión y la música que se pone en la radio, las fiestas y como fondo de la partida de dominó. Es una rapsodia cantada por una niña que, a ritmo rapero, y también merenguero (Billy Ocean seguido de Fernandito Villalona, Luis Terror Días, Wilfrido Vargas, Belkis Concepción…), describe un territorio dominicano y/o continental que ve azarosamente en la mudanza una salida.

*La ausencia del padre. El abandono de la familia. Las ensoñaciones del regreso, por la constante presencia del monstruo que a lo Jason aparece cuando menos te lo esperas.

 
SHARE

Tweet



SHARE :
Tweet
 

     





  • Inicio
  • Escritura
  • Proyectos
  • Fotografías
  • CV
  • Contacto