
Irene Bou *:
Recordé que había apuntado algunas ideas sobre la exposición de tu trabajo que se inauguró el 12 de junio de 2014 en la galería Cadáver exquisito. La muestra la titulaste Ser-hacedor. Busqué en mi archivo y aparecieron rápidamente las notas de entonces. Hoy me resulta curioso releer lo siguiente: «El nombre de la exhibición es una declaración de intenciones, un punto de fuga que en este caso también esboza varias preguntas: ¿qué caracteriza a ese ser (hacedor)? ¿De qué modo se es “siendo hacedor”? La acción que elige Irene Bou en su última exposición, además de partir de un enunciado preciso, define la conexión y, por qué no, el tránsito de una pintura que se materializa en los objetos».
El pasado 19 de septiembre de 2015 en la inauguración de Paisajes de lo pensado en la Destil·leria de Mataró, me encontré con algunas huellas de los pensamientos que había mantenido en reposo sobre tu obra desde el año pasado. Desde la visita al nuevo horizonte que evoca tu trabajo, me ronda la idea de que Paisajes de lo pensado responde a una continuidad: la pintura (tu pintura) se interroga, se rehace mientras dialoga a veces con los objetos y, en este caso particular, con las lecturas que te han acompañado en los últimos tiempos. Hay trazos que delinean nuevas ruinas, incluso rutas que se escapan de las vías (auto)impuestas. Pareciera que a veces el dibujo entra en conflicto con la pintura, que el texto se excede y que el color, el rojo de fondo de una de las piezas, debe aparecer para enmarcar el aura, aún posible en la estampa que convoca el lienzo.
Hay también un hacer que visita las páginas de El pensador vagabundo para incorporar desde el margen y en tu pintura algunos textos de Walter Benjamin ; el apunte, quizá el exceso de la cita. Pero está allí y lo está gracias a que lo has hecho presente convocándolo en otro territorio que no es ya ni el tuyo, ni el de él, sino el de un nosotros que, tal como citas a Marina Garcés, se compone, y añadiría: desde la pintura que cual espejo nos permite mirarnos frente y dentro del cuadro.
Espero que las nuevas extensiones de trazos y colores muten como el paisaje que se condensa en cada mirada, trazo y lectura.
*La invitación a la inauguración de la muestra me la enviaste con una nota. Quizá dos frases que anunciaban una petición. Esta carta devuelve parte de lo requerido y se transforma al mismo tiempo en un intercambio de líneas, las mías hechos con palabras.