
El marco que elegí es la fachada del hogar de papá y mamá en Ciudad Bolívar, la casa de mi infancia.

Este retrato familiar alberga emociones llanas y evidencia mi cuerpo todavía entonces envirado de chikungunya.
Estuvimos juntos en enero de este año y antes de despedirnos les pedí a mis padres hacernos un retrato. Estas fotografías son el resultado del reencuentro y la eminente despedida.